domingo, 21 de abril de 2013

Porque el guiño del ojo de Londres, antes o después tenía que llegar

Dicen que es de bien nacidos el ser agradecidos y a mi no me gusta cejar jamás en mi empeño por demostrar el agradecimiento a todos aquellos que me ayudan y me enseñan de una manera u otra. Mucho he aprendido y aprendo gracias a las dudas que la gente del colectivo número efe, al que por suerte pertenezco me resuelven con cariño e interés, tiempos de exposición, enfoques...mil cosas.
Cada vez pasa mas y mas tiempo desde aquella noche en que Sonia me explicase en que consistía la larga exposición, como se hacía, e incluso profundizó en esta faceta fotográfica explicándome truquillos caseros que sobre el terreno pueden mejorar la ejecución de la imagen; no te puedes ni imaginar lo que disfruto experimentando y aprendiendo cada día un poquito mas.
Por otro lado, está la aportación de ese que no falla, Jorge; otro de los que me explica mil cosas e incluso me presta material suyo, como me ocurrió en este viaje, cuando en las vísperas del vuelo me acordé que no tenía trípode, y el se prestó rápidamente a dejarme el suyo, un trípode de categoría y con el que disfruté un montón.
Puedo dar gracias a Dios, por tener gente cerca tan buena, estas son las pequeñas muestras afectivas que hacen desaparecer los disgustos del día a día. Muchas gracias compañeros, dirigido a vosotros, a vuestra calidad humana, va este guiño que os hizo el London Eye y yo pude inmortalizar. Va por vosotros, un abrazo.