martes, 16 de abril de 2013

NOTTING HILL, paseando por Portobello road


Cuando mi hermana me dijo que quería ir a Notting Hill, no recibí con mucha ilusión la noticia; ese barrio me sonaba a película ñoña y poco mas, pero, sabiendo que a mi hermana le apetecia mucho, refunfuñé lo justo y pusimos camino hacia allí. Llegamos a una estación muy alegre, con luz y con mucho trasiego de gente, y, tras subir a la superficie nuestros ojos pudieron contemplar una maravilla de barrio, casas preciosas, y puestos y tiendas que parecían salidas de un cuento. Las antigüedades, pronto llamaron nuestra atención y en ellas nos centramos, cajitas de chapa y algún que otro elemento del servicio de mesa fueron nuestras compras. El ambiente era inigualable, gente de todos los rincones del mundo, extravagancias por doquier y entre tanto jaleo los hightown crows deleitando al personal con un rock&roll londinense en estado puro; resumiendo, el día que vuelva a Londres, Notting Hill será parada OBLIGATORIA.