lunes, 29 de abril de 2013

Uno de sus iconos, uno de nuestros primeros referentes Londinenses



      Quien no recuerda esas meriendas después de clase con un currusco de pan y unas onzas de chocolate con leche "Elgorriaga" frente al televisor viendo la vuelta al mundo en 80 días...en la serie de dibujos siempre aparecía el Big Ben marcando la hora, puntual, y así, gracias a los dibujos empezábamos a reafirmar como icono Londinense el Big Ben.
      Su Nombre real era Clock Tower hasta que en el año 2012 pasase a llamarse Elizabeth Tower en homenaje a la Reina Madre. El reloj es de fabricación Suiza, de ahí su famosa precisión. Como dato anecdótico, el reloj dejó de ser iluminado durante la II Guerra Mundial para evitar servir de referencia a los pilotos de la luftwaffe en sus incursiones aéreas.
     


domingo, 21 de abril de 2013

Porque el guiño del ojo de Londres, antes o después tenía que llegar

Dicen que es de bien nacidos el ser agradecidos y a mi no me gusta cejar jamás en mi empeño por demostrar el agradecimiento a todos aquellos que me ayudan y me enseñan de una manera u otra. Mucho he aprendido y aprendo gracias a las dudas que la gente del colectivo número efe, al que por suerte pertenezco me resuelven con cariño e interés, tiempos de exposición, enfoques...mil cosas.
Cada vez pasa mas y mas tiempo desde aquella noche en que Sonia me explicase en que consistía la larga exposición, como se hacía, e incluso profundizó en esta faceta fotográfica explicándome truquillos caseros que sobre el terreno pueden mejorar la ejecución de la imagen; no te puedes ni imaginar lo que disfruto experimentando y aprendiendo cada día un poquito mas.
Por otro lado, está la aportación de ese que no falla, Jorge; otro de los que me explica mil cosas e incluso me presta material suyo, como me ocurrió en este viaje, cuando en las vísperas del vuelo me acordé que no tenía trípode, y el se prestó rápidamente a dejarme el suyo, un trípode de categoría y con el que disfruté un montón.
Puedo dar gracias a Dios, por tener gente cerca tan buena, estas son las pequeñas muestras afectivas que hacen desaparecer los disgustos del día a día. Muchas gracias compañeros, dirigido a vosotros, a vuestra calidad humana, va este guiño que os hizo el London Eye y yo pude inmortalizar. Va por vosotros, un abrazo.


martes, 16 de abril de 2013

NOTTING HILL, paseando por Portobello road


Cuando mi hermana me dijo que quería ir a Notting Hill, no recibí con mucha ilusión la noticia; ese barrio me sonaba a película ñoña y poco mas, pero, sabiendo que a mi hermana le apetecia mucho, refunfuñé lo justo y pusimos camino hacia allí. Llegamos a una estación muy alegre, con luz y con mucho trasiego de gente, y, tras subir a la superficie nuestros ojos pudieron contemplar una maravilla de barrio, casas preciosas, y puestos y tiendas que parecían salidas de un cuento. Las antigüedades, pronto llamaron nuestra atención y en ellas nos centramos, cajitas de chapa y algún que otro elemento del servicio de mesa fueron nuestras compras. El ambiente era inigualable, gente de todos los rincones del mundo, extravagancias por doquier y entre tanto jaleo los hightown crows deleitando al personal con un rock&roll londinense en estado puro; resumiendo, el día que vuelva a Londres, Notting Hill será parada OBLIGATORIA.













desde el vagón de mis sentimientos, al vuelo de mis sensaciones. Welcome to London




Es tarde y suena "the wrong girl" de Belle & Sebastian" acompañada por el inusual "click" que hace la resistencia del calefactor cuando salta. No es fácil expresar en un formato físico tantas cosas vividas que sin lugar a dudas influirán muchas de las cosas que me quedan por vivir. A la vez degusto la compañía de una de esas galletas de mantequilla que tan interesantes son para todos, desde su caja de chapa hasta el papel que las agrupa, eso si, sin olvidarnos de las galletas en si. No se muy bien por donde "empezar el melón" pero solo se que mi viaje a Londres ha marcado un antes y un después en mi vida, es una ciudad que vive de una manera diferente y no creo que sea por el sentido de circulación de sus coches o la hora menos que marcan sus relojes respecto a la nuestra. Siempre dije que son unos piratas, cosa que mantengo, pero esos piratas han hecho que comprenda miles de cosas y que a la vez repudie otras tantas que creía que estaban bien. Londres es un gigante atiborrado de estimulantes durante la semana y durante un corto fin de semana desbordado por el alcohol, turistas y muchas británicas guapas e impecables. Londres es el Madrid del mundo, es el Himalaya de los extremos y la ONU de las casualidades. Londres es una torre de Babel en la que los traductores simultáneos, las aplicaciones android y los conocimientos idiomáticos de sus habitantes habituales y ocasionales hacen que ese viejo y puntual reloj de cuerda británico se mueva preciso y ajustado, cada uno de sus engranajes hacen que ese gigante sea preciso y como no, los dos españoles que fuimos juntos, mi hermana y yo, aportamos lo nuestro, porque por mucho que se diga, la puntualidad jamás fue Británica sino mas bien Española, y gracias a Dios, el tiempo que he pasado durante toda mi vida junto a mi hermana, ha sido productivo y maravilloso, y aunque los relojes de nuestras vidas lleven unos minutos de diferencia, siempre, siempre, siempre irán coordinados y así lo hemos comprobado en este maravilloso viaje del que poco a poco os iré contando cositas. Espero que os guste.